De todos
es conocido el dicho "más vale prevenir que curar". No
sería
la primera vez que se estropea una salida al campo por culpa de las
ampollas. Una vez que aparecen se hace todo muy incómodo y doloroso
así que lo mejor es tratar de que no aparezcan.
En primer
lugar lo más importante es llevar un calzado adecuado y
cómodo, pero aún así, después de algunas horas
pueden aparecer ampollas debido al roce del pie con las botas.
El caso es
que hace algún tiempo aprendí que el esparadrapo de tela
previene que aparezcan de manera casi milagrosa. Al cabo de una o dos
horas de comenzar la jornada (a veces algo más) es posible que
se note
que alguna parte del pie se enrojezca, dando lugar a una sensación
difuminada entre calor y ligero escozor en una zona muy localizada. Es
el momento de descalzarse, limpiar dicha zona y colocar ahí un
trocito
de esparadrapo de tela. El esparadrapo hará de "segunda piel"
absorbiendo la rozadura, evitando la aparición de la ampolla y
se notará
un alivio instantaneo.
Puede ser
que se necesite en varios sitios distintos, en cuyo caso
conviene hacer tantos cortes de esparadrapo como zonas afectadas en
lugar de "envolver" como si fuera para regalo. Por ejemplo,
no se debe
tener una tira que abarque dos dedos a la vez.
aportado
por Iván García Alcaide
P.S.:
Nos permitimos reiterar que lo dicho en la aportación es para
antes de que aparezcan las ampollas y que hacerlo una vez que han surgido
puede ser contraproducente (andarines)
|